

Nuestra vida cotidiana está atravesada por el diseño, y al asumir su verdadera dimensión y valor intrínseco, estamos reconociendo la correcta articulación de diferentes escenarios y el resultado coherente de un conjunto de procesos. Es por ello que me he convertido en un agente multifacético, un diseñador de campo, inquieto, apasionado y capaz de trabajar en todas las esferas proyéctales para así colaborar en la construcción y coordinación de un todo, que siempre es más que la suma de sus partes; no sólo para ver nacer proyectos, productos y servicios, sino también formando parte de la creación de pequeñas empresas.